"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

martes, 19 de abril de 2011

Con doble resaca

¿¿¿Holaaaa???, ¿hay alguien ahí?

Menos mal que ya estamos a martes porque esto de ver como la mayoría del personal anda de vacaciones y una aquí currando pues como que escuece, eh...
Por lo menos espero que como casi todo alma viviente está fuera de Madrid de relax, el miércoles no pille atasco, porque entonces ya si que sería "pa mear y no echar gota".

Necesito vacaciones ya, mi neurona ya no da más de si. Está la pobre chuchurría y ya no sabe ni para donde tirar.
Ayer, como ya les contaba a mis mamis tuiteras, guardé el bote de cola-cao en la nevera y esta mañana me he puesto la camiseta del revés.
Esto solo se arregla con vacaciones, porque los fines de semana me saben a poco y si encima son como este que ha pasado, peor todavía.

El sábado tuvimos una despedida de soltera-os muy peculiar, por varias razones.
Me voy a ahorrar los motivos más desagradables, que hubo varios, por respeto a la novia, que no tenía culpa de nada y que fue la que pagó el pato, pero bueno son cosas que pasan (muy a mi pesar).

Todo comenzó el sábado por la mañana. Quedamos para irnos las chicas a comer a una pueblo de Madrid, para pasar un rato las chicas solas.
Yo estaba un poco nerviosa, por la semana que habíamos tenido de preparativos y broncas.
Yo broncas ninguna, pero tuve que presenciar las movidas de las demás y el mal rollo se hizo general.
A esto hay que añadirle que como Boliche había estado malo dos semanas, la mamitis que tenía era descomunal.

Ayer, cumplió 28 meses (que barbaridad!), y todo esto de la separación ya lo teníamos superado pero circunstancias como la de ponerse malo, le hacen recaer.
Y cuanto más dura su convalecencia más fuerte es la recaída. Pero no solo con la mamitis aguda que se genera, sino que también sufrimos de chupetitis.

Boliche solo usaba el chupete para dormirse por la noche y la mayor parte de la noche estaba rodando por la cama. Ni siquiera en la siesta ya lo usaba, pero ahora la situación es totalmente diferente.
Quiere estar todo el día con el chupete. Tiene una dependencia total.
A veces, le distraemos y conseguimos que esté un par de horas sin él, pero a la más mínima que se acuerda que no lo lleva, te lo pide desesperadamente.

Y con esta situación me fui el sábado de despedida.
Antes de marcharme llamé a su padre que estaba en el parque con él y me dijo, "no te vayas sin decirle que te vas un rato pero que luego vuelves"... ¡en qué hora!

Cuando llegué estaba tan feliz jugando con un amiguito y un bote de pompas. Pues nada le digo que me voy a un recado y que cuando coma y duerma la siesta vuelvo.
Pa' que queremos más...

Se engancha a mi pierna y se pone a llorar diciendo que el también quiere ir al recado.
Menudo dramón que me montó y yo acordándome de su padre y sus ideas de que hay que despedirse siempre.
Que vale, que yo no digo que no sea mejor, pero después de ver como pasó el día, yo tengo mis serias dudas. Peor no podía haber sido.

Yo montándome en el coche y el llorando amargamente y gritando, "mamáaaaaaaa, no-te-va-yaaaaaasssss!!!!!", "mamá po-favooooo, meeeeennnnnn"

Vamos lo ideal. Me fui con una alegría y unas ganas de fiesta tremendas...

Hacía mucho tiempo que teníamos esto superado y sé que todo venía originado por el hecho de estar malo semanas atrás, pero yo me fui hecha polvo.
Según me dijo su padre, al rato se calmó, pero se pasó toda la tarde diciendo, "ahora vene mamá", igual que cuando se autoconvence, de que "payasho e meno, no hase nara", pues igual.

Después de comer y tomar algo, nos volvimos al pueblo porque la fiesta continuaba allí y claro cuando me vio se tiró en plancha y ya no pude bajarle de mi brazo hasta que lo llevé a dar de cenar y acostar.
Cuando se durmió, se subió mi madre con él y yo me bajé a disfrutar un poco de la fiesta.
Sobre todo a bailar, que estoy tan desentrenada que mi nuevo estilo es de lo más ortopédico. Que horror!
Pero por lo menos, pude disfrutar de unas horas de asueto, con la tranquilidad de tener cerca a Boliche y de que si pasa algo en 2 minutos estoy en casa.

Y el domingo, doble resaca.
La de mamitis, que no remite a día de hoy y la de la fiesta del sábado, que aunque apenas me tomé un par de copas, la falta de costumbre se nota.

Quien me ha visto y quien me ve, como cambian los cuerpos...

En fin, seguiremos trabajando con lo de la mamitis y esperemos que estos días consigan que disminuya un poco esta situación.
Quiero volver a la normalidad, sobre todo por él. Me duele mucho verle pasarlo tan mal con las separaciones, aunque sean tan breves.



Felices vacaciones a todos y sobre todo cuidado con el coche. Nos vemos a la vuelta!


Imprimir